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Hace ya un tiempo que los tónicos
faciales, también llamados toners, han ido tomando fuerza en el mundo
skincare. Esta tendencia se ha posicionado dentro de las rutinas de cuidado de
la piel como un producto que juega un rol esencial entre la limpieza de tu
rostro y la hidratación, preparando el rostro para absorber correctamente el
resto de productos.
¿Qué es el tónico facial?
Es un producto líquido con un
aspecto similar al agua, pero rico en hidrógeno, oxígeno y otros ingredientes
antioxidantes, inflamatorios e inclusive ácidos, dependiendo del tipo, e incluso
ayudan a eliminar el exceso de aceites y bacterias, gracias a su función
astringente.
Lo primero que debemos tener en
cuenta es que existen diversos tipos de tónicos en función del cutis, sensible,
graso o seco. Es primordial en la rutina de belleza y se recomienda usarlo dos
veces al día, entre la limpieza de cutis y la crema hidratante.
¿Cuándo debo usarlo?
Se aplica después de la limpieza,
tanto en las rutinas de día como de noche. Es importante esperar a que se absorba
por completo en la piel para poder aplicar con facilidad los productos posteriores.
Foto por: como-funciona.com |
Se le atribuye la característica
de devolver a la piel su pH original después de la limpieza, logrando así
preparar los poros del rostro. Además, elimina las células muertas de la piel e
hidrata de manera profunda. El resultado será
una piel tersa y luminosa.
Sus beneficios
- El tónico contribuye a refrescar, hidratar, cerrar los poros, equilibrar la piel, y la prepara para que pueda recibir el tratamiento posterior.
- Normaliza la piel que ha sido sometida a una limpieza, restableciendo el pH del cutis, independientemente si se usó para ello espuma, gel o crema limpiadora.
- Aumenta el riego sanguíneo en la zona en la que lo hemos aplicad, por lo que revitaliza y rejuvenece de los tejidos.
Formas de aplicación
- Una es con un algodoncito embebido en la loción tonificante mediante suaves golpecitos sobre la piel o movimientos circulares suaves.
- Puedes esparcir el tónico por el rostro con las manos ejerciendo presión con las palmas sobre la piel, sin frotar, simplemente apoyándolas con suavidad para que el producto penetre.
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