Foto: Reuters |
Ortega, quien gobierna Nicaragua desde 2007, bajó su nivel de aprobación del 76% a 9% en el periodo de 2016 a 2019, esto después de la represión al movimiento social de 2018 que dejó 328 muertos y desencadenó una serie de medidas en contra de las libertades y derechos humanos.
El escenario es desfavorable para el país, que además de encontrarse en una grave crisis política y social, enfrenta también una crisis económica.
La economía del país depende en gran medida del extranjero. Por una parte, las exportaciones, que son absoribidas en su mayoría por Estados Unidos. Por el otro lado, alrededor del 20% del Producto Interno Bruto depende de las remesas.
A consecuencia de la pandemia por COVID-19, ambas actividades han sido afectadas y vulneradas, provocando una contracción del 8.8% en el PIB del 2020.
La reelección de Daniel Ortega representa continuidad al actual proyecto de nación, sin embargo, no ha brindado las oportunidades para que la población nicaragüense se inserte en el desarrollo económico-social de la región.
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