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Foto: GETTY IMAGES |
Nigeria atraviesa por una de las mayores crisis en
seguridad en su historia reciente. Más de 300 niñas fueron secuestradas en el
estado de Zamfara, ubicado en la región noreste del país. La ola de inseguridad
que azota a esta región del país ha provocado ya una preocupación tanto para el
gobierno como para Naciones Unidas.
El secuestro se efectuó en la madrugada del pasado viernes,
cuando una gran cantidad de hombres armados llegaron al internado donde se
encontraban las niñas y donde, de acuerdo con la información proporcionada por el
gobierno, 317 niñas fueron secuestradas. Se desconoce el paradero de 50 más,
mismas que aún no se confirma si están privadas de su libertad o lograron escapar.
Este acto se suma a una serie de
secuestros masivos. Peter Hawkins, representante de Unicef en Nigeria,
manifestó: “Estamos enojados y entristecidos por otro brutal ataque contra
estudiantes en Nigeria”. Aunque estos secuestros tienen en común el involucramiento
de estudiantes, lo cierto es que puede ser cualquier persona, debido que las
privaciones por parte de los grupos delictivos de la región pueden suceder tanto
en carreteras, pueblos o escuelas.
Este incremento también se debe a que el gobierno paga cuantiosas sumas de dinero, mismas que buscan aprovechar los grupos delictivos para financiarse. No obstante, algunos secuestros tienen un matiz más político-religioso como los efectuados por el grupo terrorista Boko Haram. Por esto mismo, el presidente del país, Muhammadu Buhari, dejó en claro que su administración se enfocará en lograr que todas las niñas secuestradas regresen vivas e ilesas. “No sucumbiremos ante el chantaje de bandidos y criminales que atacan a estudiantes inocentes con la expectativa de cuantiosos pagos por rescate… no dejaremos que bandidos, secuestradores y terroristas se hagan ilusiones de que son más poderosos que el gobierno”.
Mientras el gobierno trabaja para lograr la liberación de este
grupo de niñas, este sábado se logró la liberación de 42 secuestrados (incluidos
estudiantes), mismo que llegaron a la capital del país después de haber estado
10 días privados de su libertad. Tanto las autoridades del país, como Naciones
Unidas, están preocupados por esta ola de
agresiones y se espera que puedan irse reduciendo en el país más poblado de África.
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