El País
No volverá a existir otro atleta como Michael Jordan. El hijo menor de Deloris Jordan y James. R. Jordan desde muy pequeño supo que su camino estaría lleno de obstáculos, pero a base de esfuerzo, dedicación, trabajo y disciplina sorteo todas aquellas dificultades.
Desde chico su habilidad atlética fue evidente; tanto que su talento solo pasó desapercibido en un solo deporte: El básquetbol. Por un momento, su capacidad se puso en duda dada su baja estatura para el juego, sin embargo, mejoró y se volvió el mejor prospecto disponible para la universidad. Nunca más se cuestionaría su habilidad.
El sueño de Jordan se cumplió. Poder jugar en la Universidad de Carolina del Norte, su ciudad natal, significaba cumplir con una meta trazada desde pequeño. Con ayuda de su gran amigo y mentor Dean Smith, conquistó todos los premios que se le cruzaran en su camino: novato del año en la temporada 81-82, All-American en las temporadas 82-83 y 83-84, así como ser considerado el mejor jugador universitario durante su última temporada con los Tar Heels. Su leyenda estaba comenzando.
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Desde que llegó a la National Basketball Association (NBA) supo que nadie le regalaría nada. Ni siquiera su ya bien abastecido palmarés pudo conseguirle ser el primer elegido en el Draft de 1984, considerado por muchos el mejor de la historia. De impacto inmediato, los Bulls de Chicago reconocieron rápidamente en Michael no solo a una superestrella, sino a un jugador capaz de llevar al equipo a lo más alto.
La década de los 90´s no puede ser contada sin los logros de Michael Jordan y sus históricos Bulls de Chicago. Sus 6 campeonatos y MVP conseguidos (91, 92, 93, 96, 97 y 98), 5 veces MVP de la temporada (88, 91, 92, 96 y 98), y la mítica medalla de oro conseguida durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 junto al "Dream Team" estadounidense, solamente corresponde a la parte de los números en su grandísimo legado; y sería injusto considerarlo el mejor sólo por sus logros.
Es considerado el mejor porque gracias a su forma de jugar, a su actitud, a su forma de vestir y actuar y la mentalidad de ganador que poseía, llevó al "deporte ráfaga" a adquirir más fama a nivel mundial. La NBA le debe a Jordan que hoy en día sea considerada la mejor liga de básquetbol a nivel mundial; a la que jugadores extranjeros como Luka Doncic busquen pertenecer.
Nunca habrá otro Michael Jordan. No es posible. No habrá otra jugada defensiva que lleve el nombre de un jugador; no volveremos a ver un equipo de ensueño del que todo el mundo sea fanático, y al cual vayan a ver solamente por un jugador. El deporte es celoso y sólo da uno cada cierto tiempo. Nosotros ya conocimos y su nombre es: Michael Jeffrey Jordan.
Felicidades, majestad.
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