Foto: escandalamx. |
Vivir en México es respirar y exhalar incertidumbre, los casos de violencia de género están desbocados desde tiempos donde, seguramente, muchos de nosotros aún no habíamos nacido. Uno creería que conforme el tiempo avanza, las cosas cambian. Y en efecto, las cosas han cambiado, aunque no de forma acelerada; se debe a las personas que con su pensamiento, su estilo de vida, sirvieron como ejemplo y fuerza a movimientos no solo sociales, sino artísticos y humanos.
Algo así ocurre, en mi opinión, en el caso Rosamaría Roffiel, quien en 1989 escribió el libro "Amora".
La situación que la escritora mexicana nos presenta a lo largo de la novela, nos adentra a un mundo visto desde los ojos de Guadalupe: una mujer escritora, mexicana, cuya edad oscila cerca de los 30. Nos habla sobre su vida en forma de diario y nos comparte diálogos con reflexiones entrañables de las situaciones más comunes, más simples, y más extraordinarias.
La historia gira entorno a la relación que Lupe comienza con Claudia, una chica que conoce y con quien comienza un acercamiento amoroso y problemático. Además de esta relación, Guadalupe es militante de un grupo feminista, donde atienden a mujeres que sufren y sufrieron agresiones sexuales, y violencia de género; las escuchan y orientan para proceder legalmente y, si no es el caso, al menos brindar apoyo.
La novela conjunta el idilio amoroso pero desde una perspectiva única: el amor de una mujer a otra mujer, y la voz de un movimiento feminista en México del que se difundió poco, pero que está, existe. En 1989, precisamente por esta temática lésbica, fue descartada por los literatos mexicanos, y periodistas que usaron palabras para la gente se asustara (y deberían asustarles porque en su lectura encuentran realidades, pasado que nos persigue y que queremos extinguir ignorándole); por lo que los estigmas a este movimiento persistieron durante más generaciones.
Mientras la novela avanza, se experimentan cambios en el personaje principal, evidentemente, pero también los hay en los personajes secundarios, la trama les sirve como una pista de baile donde cada una de ellas baila una con otra, mientras platican, desahogan angustias, se pelean, y apoyan.
Sutilmente se plasma en la obra la cultura y tradición mexicana, y explícitamente algunas costumbres y lenguaje usado en la ciudad durante los 80. Durante su lectura se pueden atisbar referencias a canciones de la época, artistas y lugares.
Rosamaría, en diversas entrevistas que se pueden encontrar en Youtube, menciona que sus novelas son autobiográficas; por lo que este libro brilla dada su autenticidad y gran valor literario, con referencias no sólo a la cultura pop, sino al arte y literatura, cine y comida. Hay sabor en las letras de Rosamaría Roffiel.
7 frases de Amora de Rosamaría Roffiel
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