Vi un secuestro. Vi como te privaban de la libertad, escuché como tus gritos clamaban por auxilio, sentí impotencia porque no podía ir a ayudarte y me llené de terror al darme cuenta que estuve a cinco minutos de ser yo.
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Foto de Infobae |
Era viernes por la mañana, un día frio, el sol se escondía entre las nubes como si supiera que algo malo pasaría y prefiriera no mirar. Se me hizo tarde, caminé hacía la parada de autobuses, iba sola pues ¿qué mal habría a las 8:30 am?
De pronto te escuché, -¡Auxilio, me quieren secuestrar!- gritabas mientras forcejeabas, regresé por la rampa para quedar paralela a ti y poder ver detalladamente lo que sucedía: Estabas sentada en la parada de autobús, cuando llegaron dos autos (que culpable me sentí por no saber sobre modelos de vehículos), uno negro y otro dorado, sin placas, de los cuales descendieron cuatro hombres y una mujer, robustos, vestidos completamente de negro, hasta sus cubrebocas y gorras eran de ese color.
Te jalaban, arrastraban, sustraían de tu libertad... te vi luchar, gritar, manotear, defender tu vida con todas tus fuerzas, sin importar que fueran mayoría, más fuertes y grandes. Quisiese haber sido más valiente, correr a ayudarte, grabar, tener un auto y chocarlos para que no pudieran avanzar, pero no supe que hacer... nadie te dice qué hacer cuando ves un secuestro.
Para desgracia de ambas, la zona estaba desierta, solo había otro peatón llamando por teléfono (espero que a emergencias), bastantes autos, pero no los suficientes... Hasta que unas "combis" bloquearon el paso. Repentinamente sentí una mirada que me heló la sangre, uno de tus encapuchados me vio, corrí a resguardarme y te perdí la pista.
Ya en un lugar más seguro, vi que lo habían logrado, las combis ya no estaban, y tú estabas ingresando al carro. Tú, una mujer, una joven de aproximadamente veinte años, un ser humano lleno de ganas de vivir, con metas y sueños, te ibas con mínima oportunidad de retorno. Caben destacarse las luces policiacas que se encendieron del auto en el que llevaban.
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Foto de Depositphotos |
Llamé a emergencias, me redirigieron a mi zona y colgaron. No paraba de temblar, de llorar, de preguntarme qué sería de ti, cómo estabas, a dónde te llevarían... fui egoísta y me di un momento para sentir alivio, pues si no se me hubiera hecho tarde, pude ser yo, porque acababa de pasar por ahí.
Si bien, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, el 80% de los secuestros son extorsivos -en el cual se solicita rescate para liberar a la víctima- ya sea en mujeres como en hombres, eso no quita que al ser mujeres la probabilidad es más alta para trata, sin descartar la venta de órganos.
El camino que tomé era en la misma dirección que el tuyo, así que iba alerta por si veía los autos, vi policía de transito, y rogué que ellos detuvieran los vehículos porque no tenían placas, que pudieras alzar la voz, que te pudieran rescatar... y sí, observe carros detenidos por esa razón, pero no creo que fueran donde viajabas.
Y es que por más que pensaba, no terminaba de comprender ¿En qué momento el mal llegó a donde crecí? Todas las noticias de secuestros, feminicidios, trata, parecían tan lejanos... como los primeros casos de COVID, se pensaba "Uy, está en China, se va a erradicar antes, nunca llegará aquí", y sin darse cuenta llegó el primer caso al país, luego al Estado, y así hasta llegar a tu calle.
Estados con mayor incidencia en mayo 2022:
- Estado de México (9 secuestros)
- Jalisco (8 secuestros)
- Veracruz y Baja California (7 secuestros)
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| Estados con mayor número de secuestros dic. 2018 - mayo 2022 | Asociación alto al secuestro |
¿Hasta cuándo va a seguir nuestra indiferencia ante secuestros, trata, feminicidios, tráfico de órganos? ¿Lo tenemos que vivir o qué le pase a alguien cercano para poder empatizar?
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