Estados Unidos preocupado por Alexéi Navalni

Foto: EFE/EPA/YURI KOCHETKOV

Este domingo, Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, dijo a la prensa que el gobierno estadounidense advirtió a Rusia que en caso de que el principal opositor del gobierno de Vladimir Putin, Alexei Navalny, muriera, existirían represalias contra Rusia.

Desde su regreso a Rusia tras ser envenando, Navalny se encuentra en prisión donde actualmente tiene un estado de salud delicado como consecuencia por la huelga de hambre que sostiene dese el 31 de marzo. De acuerdo con médicos, desde su ingreso a prisión Navalny ha perdido alrededor de 16 kilos y sus médicos piden a las autoridades penitenciarias que lo trasladen al área de cuidados intensivos.

"Nuestro paciente puede morir en cualquier momento”, aseguró el cardiólogo Yaroslav Ashikhmin, señalando los altos niveles de potasio encontrados en el cuerpo de Navalny.

Estados Unidos no es el único país que se ha interesado por Alexei, en conjunto cerca de 40 países pidieron a la ONU que se tomaran acciones para liberarlo. En tanto, junto a la advertencia de Estados Unidos, Francia y Alemania también criticaron al gobierno ruso.

Por otra parte, Joe Biden, mencionó este fin de semana que se era desproporcionada la situación por la está pasando Navalny, no obstante, ha sido objeto de críticas ya que se dio a conocer que durante un encuentro telefónico que tuvo con Putin, el tema no salió a la luz.

A pesar de esto, Sullivan informó que la Casa Blanca no modificaría su posición respecto a Rusia, a la vez que dijo que no daría mayores detalles de la relación y que prefería manejar la situación a través de los canales diplomáticos y con las más altas autoridades.

Estas acciones tomadas por Estados Unidos se dan en un marco de tensión con el país euroasiático, esto después de que Estados Unidos impusiera una serie de sanciones a empresas e individuos rusos, además de expulsar a diez diplomáticos, hecho que hizo responder a Rusia y de igual forma expulsó a diez diplomáticos estadounidenses, poner a varios funcionarios en una lista negra.