El conjunto parisino se ha metido por fin en una final de UEFA Champions League. Los petrodólares y los jugadores por racimos han dado frutos en la segunda campaña con más modesta inversión desde que Al-Khelaïfi adquirió el 70% del equipo francés. Al día de hoy, la plantilla está tasada en 801.45 millones de euros según Transfermarkt
Mil doscientos cincuenta y cuatro millones de euros y una cantidad indecible de jugadores de todos los estilos y nacionalidades después, el París Saint Germain FC avanzó a las semifinales de la Champions 19-20, venció con un contundente 3-0 al RB Leipzig y se instaló en la final de Lisboa, en la que enfrentará al que parece ser el equipo invencible del momento: el Bayern Münich.
Cuando se habla de la historia reciente del club de la capital francesa, se piensa en títulos arrolladores en los torneos domésticos, campeonatos de copa y disputar la competición continental año con año; pero no siempre fue así. Hasta antes de la última década, lo más importante que habían conseguido eran dos trofeos de Ligue One, ocho Copas de Francia y tres Copas de la Liga. A partir de 2011 ha ganado 7 de las últimas 9 competiciones ligueras.
El Qatar Investment Authority, el Fondo Soberano de Inversión de Catar, compró en 2011 el 70% de las acciones, y al año siguiente lo restante, para ser los dueños absolutos del PSG. A partir de entonces el equipo donde militara Ronaldiho empezó a forjar el camino para llegar al juego que vivirán el domingo: la final por la orejona.
El desfile, digno de una pasarela de la ciudad luz, comenzó: Javier Pastore, Zlatan Ibrahimovic, David Beckham, Ezequiel ‘el pocho’ Lavezzi, Thiago Silva y un joven italiano llamado Marco Verratti, arribaron al país galo para convertir al modesto equipo en uno capaz de competir con las mejores escuadras de Europa. Para el campeonato 2012-2013, los franceses arrollaron su liga y perdieron en cuartos contra el Barcelona en lo que parecía un inicio prometedor.
Para la siguiente campaña, el jeque decidió seguir soltando la billetera para fichar a Edinson Cavani y a Marquinhos, este último es clave para entender el momento que viven los parisinos. En aquella campaña el Chelsea se encargó de dejarlos fuera del torneo continental al remontar un 3-1 en contra. La frustración se comenzó a hacer costumbre cuando, el siguiente año, nuevamente el Barcelona acabaría con sus aspiraciones europeas. La maldición de los cuartos de final enfureció a los Qataríes que desembolsaron 116 millones de euros; más de la mitad de estos fueron pagados por el pase de Ángel Di María, otro inamovible del club francés.
Sin embargo, no sería suficiente y los de Laurent Blanc se quedarían nuevamente en cuartos de final contra otro equipo que ha desembolsado cantidades enormes de dinero: el Manchester City, comandado en aquella campaña por Manuel Pellegrini. La frustración no provocó que cambiaran de estrategia. Para 2016, con Unai Emery al mando del proyecto, llegaron Julian Draxler, Gonçalo Guedes, Grzegorz Krychowiak, Jesé Rodríguez, Giovani Lo Celso, Ben Arfa y Thomas Meunier e hicieron del plantel del PSG uno muy potente comparado con los más poderosos de la época. Pero tampoco fue lo que se requería: en aquella campaña, el equipo de la capital francesa vivió uno de los más amargos episodios que se puedan recordar de un equipo en Champions: luego de un triunfo 4-0 en la ida, el Barcelona venció 6-1 al conjunto de Emery para lograr una gesta inolvidable. Parecía que los galos estaban negados a triunfar en la Liga de Campeones de Europa.
Para 2017, los dueños del club decidieron reventar el mercado con los fichajes más caros en la historia del futbol: Neymar Jr y Kylian Mbappé arribaron a la ciudad luz como las nuevas esperanzas para un equipo que no atinaba a una. Pero, aunque pareciese increíble, el Real Madrid terminó con las aspiraciones del PSG en octavos de final: un calvario que parecía interminable. Al siguiente año, ya con Thomas Tuchel al frente, otra vez; Neymar lesionado y el París fuera de Champions. Los Red Devils de Manchester los eliminaron en la ronda de los 16 mejores, otra vez.
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Sin embargo, Al-Khelaïfi decidió darle continuidad al proyecto del alemán quien ha guiado a Neymar y compañía, a vencer en octavos de final al Borussia Dortmund –ex equipo de Tuchel–, en cuartos al Atalanta de Bérgamo y en semifinales a la nueva sensación de la liga alemana: el RB Leipzig. En un torneo muy distinto en cuanto a formato y la inasistencia del público por la pandemia, los franceses han llegado al partido final donde buscarán encontrarle una debilidad al equipo cuasi perfecto que ostenta el gigante bávaro: los comandados por Flick representan el único obstáculo que se interpone entre los Qataríes y la orejona, título que consagraría esta manera de concebir el futbol. La Champions que tendrán la oportunidad de ganar el domingo, ¿valdrá 1,254 millones de euros?
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