
Corría el año de 1936, poco antes
de que empezará una de las peores tragedias de la humanidad, la Segunda Guerra
Mundial. Hitler aprovechó la oportunidad para organizar los juegos olímpicos en
Berlín y, así, mostrar una cara de supremacía aria, viéndose reflejada en el
medallero olímpico.
Aunque pocos esperarían que en
estas olimpiadas se presentara algo histórico, un joven, James Cleveland Owens, mejor conocido como “Jesse Owens”, con tan solo 23 años de edad, lograría una de las
hazañas olímpicas más grandes de la historia, ganando cuatro medallas de oro en las pruebas de, salto de longitud, 100 m y 200 m, así como en 4X100 m relevo.

Pero antes de lograr esta hazaña,
Owens estuvo rodeado en un ambiente de racismo puesto que, al hacer sus pedidos
en restaurantes, únicamente le daban servicio de comida para llevar; además, la
asistencia a comedores exclusivos para afroamericanos. Lo mismo ocurría
con los hoteles. Sin embargo, obtuvo diversos logros para la universidad de
Ohio, hasta lograr obtener el apodo de “La bala”.
Una vez estando en los juegos
olímpicos, Owens percibió las dos caras de los juegos: una siendo de terror y
angustia por lo que estaba pasando, y la otra siendo de compañerismo por parte
de su compañero y amigo alemán, Carl
Ludwig "Luz" Long siendo un atleta
representante del régimen nazi.

Long fue una pieza fundamental
para que Owens lograra tener las cuatro preseas. Owens, al estar en la prueba
clasificatoria, había fallado su dos primera oportunidades para pasar a la
siguiente ronda de salto de longitud, fue entonces cuando Long intervino y,
tras una breve charla, le dio a Owens unas palabras de aliento para que
consiguiera su amada presea. Sin embargo, Long, años más tarde, se vería
obligado a enlistarse y luchar por el ejército alemán donde fallecería durante
la batalla de San Pietro en 1943.
Para Hitler no fue fácil afrontar
las victorias de Owens, puesto que asistió a las diversas pruebas y se tenia
pensado que le estrechara la mano a los ganadores, aunque él abandonó el
estadio con gesto contrariado antes de felicitar a los deportistas de
color.
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