The Rose no es la típica banda coreana que muchos imaginan cuando piensan en K-pop, desde que debutaron en 2017 con “Sorry”, dejaron claro que lo suyo iba por otro camino: música emocional, estilo indie-rock, letras profundas y mucha autenticidad.
En lugar de seguir fórmulas, eligieron conectar desde lo real. Pero, aunque su talento era evidente, su historia no fue nada fácil.
Después de algunos lanzamientos que hicieron ruido dentro y fuera de Corea, la banda tuvo que enfrentarse a algo que pocos se atreven: rompieron con su agencia. En 2020, presentaron una demanda alegando maltrato laboral, falta de pagos y jornadas agotadoras. Básicamente, se plantaron y dijeron “hasta aquí”. Y aunque eso significó una pausa larga en su carrera, también fue el primer paso para recuperar su libertad como artistas.
A eso se sumó el servicio militar obligatorio de los miembros, lo que dejó a sus fans con la incertidumbre de no saber si la banda volvería; pero en lugar de rendirse, The Rose se tomó ese tiempo para sanar, pensar y regresar con más fuerza.
Y así fue, en 2022 regresaron como banda independiente, con un sonido más maduro pero igual de emocional. Su álbum Heal fue todo un mensaje: habían pasado por mucho, pero estaban listos para compartirlo en canciones que hablan de dolor, amor, ansiedad y esperanza. Cada letra se siente honesta, como si en lugar de cantar, te estuvieran hablando directamente al corazón.
Desde entonces no han parado, se lanzaron de gira mundial, tocaron en festivales enormes como Lollapalooza, y su fandom, Black Rose, creció más que nunca.
Lo increíble es que, sin campañas millonarias ni marketing excesivo, lograron algo que muchos artistas sueñan: una conexión real con la gente.
The Rose es prueba de que se puede ir contra la corriente en una industria tan exigente como la del K-pop y aún así brillar, no por tener el éxito más ruidoso, sino por ser fieles a sí mismos. Su regreso no solo fue un comeback, fue un renacimiento.


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