El papa León XIV retomará la histórica tradición de veranear en Castel Gandolfo. Serán dos semanas de retiro, oración y descanso fuera del Vaticano.
El papa León XIV ha anunciado su retiro vacacional en Castel Gandolfo, retomando una tradición interrumpida por su antecesor Francisco desde 2013. Se alojará allí del 6 al 20 de julio, tiempo en el que suspenderá audiencias y otras actividades oficiales. La residencia, situada al sur de Roma, fue durante décadas lugar de descanso para pontífices. Su decisión ha sido bien recibida por quienes valoran las pausas contemplativas en el papado.
Durante su estancia se hospedará en la Villa Barberini, dentro del complejo pontificio, pero no en el edificio principal que hoy funciona como museo. Allí contará con espacios privados, piscina, jardines y pista de tenis. El entorno permite al Papa combinar el descanso físico con la oración y la reflexión espiritual. Esta residencia fue utilizada regularmente por Juan Pablo II y Benedicto XVI.
En cuanto a su agenda, el pontífice celebrará una misa el domingo 13 de julio en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva. Ese mismo día rezará el Ángelus desde la Piazza della Libertà, en contacto con los fieles. El domingo 20, al cerrar su retiro, presidirá una misa en la catedral de Albano. Las audiencias generales se retomarán recién el 30 de julio en el Vaticano.
También se ha confirmado una segunda estancia en agosto, entre el 15 y el 17, coincidiendo con la solemnidad de la Asunción. En esa fecha, el papa oficiará misa y Ángelus desde Castel Gandolfo. Con este gesto, el Papa busca equilibrar el rigor de sus deberes con momentos de descanso necesarios. Su estilo marca una mezcla de renovación y recuperación de costumbres antiguas.
La vuelta a Castel Gandolfo no solo representa una pausa personal, sino un símbolo de continuidad histórica en el papado. León XIV muestra así sensibilidad por las raíces de la Iglesia, sin dejar de adaptarse a las necesidades del presente. Esta elección evidencia una visión más humana del liderazgo espiritual. Y, con ello, abre una nueva etapa en su joven pontificado.
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