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La Vida en la Muerte: Así se vivió el desfile de día muertos en la CDMX


Foto: Cristopher Jontue/Vía MX

Faltaban algunas horas para el inicio del desfile, y las zonas cercanas comenzaban a poblarse de gente. Las autoridades empezaron a cercar las áreas por donde los carros alegóricos maravillarían a los asistentes. A medida que se acercaba la hora, las personas se preparaban con expectación, listas para observar la representación del desfile de Día de Muertos, una celebración para honrar a quienes ya han partido.

Previo al inicio, la multitud comenzó a llegar con el fin de alcanzar un buen lugar. El tránsito hacia los puntos por donde pasaría el desfile se complicaba cada vez más, mientras las autoridades cerraban el trayecto. Un repartidor de Didi Food se encontró atrapado por las restricciones; su destino no era el desfile, sino entregar un pedido o regresar a casa a descansar. Al igual que él, otra persona intentó seguir su camino, pero su reacción fue violenta. Se retó a golpes con un policía, aunque afortunadamente, los agentes lograron tranquilizar la situación y redirigir al sujeto.

Foto: Cristopher Jontue/Vía MX

A las 14:00, con la puerta de Leones como espectador, dio inicio el desfile conmemorativo de la Ciudad de México. Diversos contingentes comenzaron a marchar con alegría y color, llenando las calles de vida. Los carros alegóricos desfilaban uno tras otro, cada uno más impresionante, adornado con flores de cempasúchil, calaveras y elementos que representaban la rica cultura mexicana.

El Ángel de la Independencia fue uno de los primeros monumentos en ser testigos del colorido desfile. Mientras los carros avanzaban por Paseo de la Reforma, deslumbraban a los asistentes, entre los que se encontraba la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, quien disfrutaba su primer desfile al mando de la capital.

Las familias buscaban los mejores lugares entre la multitud, y aquellos que no lograban un buen sitio compraban telescopios de cartón para observar mejor. Asombro y aplausos llenaban el aire, mezclándose con el sonido de la música tradicional que resonaba en todas partes. Los teléfonos celulares no se hicieron esperar; se convirtieron en un medio para compartir lo que el desfile representaba.

Foto: Cristopher Jontue/ Vía MX

A medida que avanzaba el recorrido, los danzantes, vestidos con trajes vibrantes, se unieron a la celebración, llenando las calles con sus movimientos y energía contagiosa. Cada grupo mostraba su propio estilo, contando historias a través de la danza y la música. Era un recordatorio de que, aunque los muertos no estaban físicamente presentes, su memoria y espíritu vivían en la celebración.



La tarde caía en la capital, que había presenciado los ocho kilómetros de recorrido del desfile. A medida que llegaba a su fin en la plancha del Zócalo, frente al Palacio Nacional, algunos continuaban festejando, mientras otros intentaban tomar el metro, que iba a reventar de gente. El servicio de limpieza de la ciudad comenzaba a recoger lo que el desfile había dejado a su paso.

Foto: Cristopher Jontue/ Vía MX

Este desfile de Día de Muertos nos demuestra que la única muerte es el olvido. A través de esta celebración, la comunidad se une para recordar y honrar a sus seres queridos, asegurando que su memoria perdure en cada danza, en cada flor y en cada sonrisa compartida. La tradición nos enseña que, mientras sigamos recordando a quienes hemos perdido, ellos nunca realmente se irán.




Videoclip de la visita de Vía MX al desfile:

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