¿Qué onda con el año bisiesto?

Cada fin de año celebramos las metas conseguidas, festejamos lo que terminó y lo que empezará en el camino para cada uno, revelamos nuestros propósitos y brindamos por el comienzo de una nueva meta a conseguir y por las sorpresas que ocurrirán en la misma vida. 

Todo eso pasa cada 365 días, el período que tarda la Tierra en dar vuelta al Sol. Sin embargo... ¿Por qué un día más?, ¿Por qué la necesidad de agregar 366 días a nuestro calendario cada cuatro años?

Cada cuatro años, nuestro calendario marca 366 días en terminar un año activo. Fuente: National Geographic

La explicación es más simple de lo que parece pues parte de una pequeña mentira. Precisamente de una irregularidad en nuestra propia efeméride, la cual revela que exactamente la Tierra tarda 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos exactamente en dar vuelta al Sol. Esa cantidad acumulable se cierra a 6 horas, por lo que cada cuatro años forma un nuevo día con un precisión exacta de 24 horas.

¿Es importante ese redondeo para nuestro calendario?   

Si nos centramos en nuestras estaciones de año, los cuales tiene un propio calendario solar que dura 365,2422 días en que la Tierra tarda en darle una vuelta completa al Sol. Esas centésimas ayudan a que las estaciones no se desfasen de sus respectivos meses, por lo que cada cuatro años se agrega un día más al calendario humano. Así, el inicio de la primavera siempre comenzaría el 12 de marzo.

Julio Cesar, emperador romano, fue el principal en instaurar el año bisiesto. Fuente: National Geographic

Puede resultar confuso ante varios ojos. Sin embargo, si decidieramos ignorar ese día extra cuatrianual... ¿Ocurriría algo? Tal vez las estaciones se confundirían y tendríamos primavera en diciembre e invierno marzo; u otoño en junio y verano en octubre.

En absoluto... de hecho si se ignorará ese pequeño, pero significante detalle, cada 12 años el calendario se desfasaría 3 días.

¿Por qué precisamente en febrero?

Esto recae en el emperador Julio César quien, tras la creación del calendario juliano, decidió agregar el día bisiesto en el mes de febrero pues ese mes terminaba exactamente el año en su efeméride.