Seguramente has visto, escuchado o incluso adquirido alguna de estas preciosas muñequitas en algún puestito fuera de un mercado o iglesia, pero ¿sabes su origen?
“Lele” y “Dönxu” se han convertido en una fuente de ingresos
para más de diez mil comunidades en la región de Amealco, quienes han hecho de sus
artesanías una forma de vida. Por esta razón fueron nombradas Patrimonio
Cultural de Querétaro en 2018.
Te preguntarás, ¿Por qué Lele o Dönxu? Debemos mencionar
que ambas muñequitas son diferentes y cada una, a pesar de ser hermanitas, contienen
elementos únicos que las hacen ser distintas. Sus nombres provienen del hñahñu,
originalmente conocido como el idioma Otomí, Lele quiere decir “bebé” y Dönxu
significa “muñeca”.
Las artesanas cuentan que, al no haber recursos para comprar
una muñeca de plástico, ellas buscaron la manera de elaborar una muñeca de trapo
con los materiales que ellas tenían en casa. Comentan que, a lo largo del tiempo, Lele ha sido una aliada perfecta de juegos e historias de muchos niños y niñas de
la región.
El trabajo es mutuo y de todas, la producción es cien por
ciento artesanal, las trenzas y coronas tejidas con lazos de vivos colores
identifican en cualquier parte del mundo; fabricarlas es un ritual artesanal,
que envuelve tradición y legado de la artesanía mexicana. Gracias a ello, Lele y
Dönxu son conocidas, las redes sociales juegan un rol importante en la producción
y alcance de estás, en los últimos años estas muñequitas son parte de la vida
de niños, niñas y personas de todo el planeta.
Sin duda, estas muñecas representan el orgullo de toda una nación ya que, además de ser bellas con sus coloridos tocados, bordados y esa inconfundible sonrisa, dejan al descubierto la alegría mexicana que nos caracteriza.
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