Foto: Milenio
Dentro del país existen centenares de leyendas, relatos orales o lugares malditos que convergen entre lo misterioso y lo fantástico. La Ciudad de México ha sido uno de los lugares más misteriosos en el país, la urbe donde llegaron a converger decenas de miles de años, y un choque importante de culturas a lo largo de los siglos, también ha sido escenario de varios crímenes sin resolver, algunos datan desde la época de los grandes aztecas y otros son de años recientes.
Hoy les vamos a hablar de uno de los lugares más tenebrosos de la Ciudad de México, el Hotel Posada del Sol. Construido en la década de los 40 por el ingeniero Fernando Saldaña Galvan, dentro del corazón de la colonia Doctores, se encuentra un edificio con una arquitectura impresionante, escondido a simple vista por los locales que están a su alrededor, no llega a ofrecer nada a sus exploradores, pero por dentro se impone gracias a su estética clásica y sus misteriosos pasillos.
Si Kubrick estuviera vivo y tuviera la necesidad de hacer una adaptación mexicana de su clásica obra The Shinning, sin duda la Posada del Sol sería el lugar ideal.
Los rumores rondan alrededor de este hotel, mientras que algunos aseguran que el Negro Durazo usaba los pasillos del subsuelo para torturar a los jóvenes que participan en las revueltas estudiantiles, o que dentro de sus pasillos se practicaban los sacrificios humanos. Lo verdaderamente terrorífico es que a mediados de los años 60 se llegó a perder una niña de la guardería del lugar, lo que ocasionó una búsqueda por lo laberintos del lugar, hasta que finalmente horas después fue encontrada muerta.
Varios exploradores urbanos han tenido la oportunidad de entrar a este tenebroso sitio, algunos han encontrado un altar dedicado a la niña que desapareció y fue encontrada muerta (como se mencionó con anterioridad), además de un pentagrama en el suelo, velas, entre muchas otras cosas que suponen se usaban para hacer rituales satánicos.
Actualmente se dice que es posible escuchar pasos en los pasillos del recinto, además de la risa de una pequeña y sentir escalofríos cada vez que se camina más profundo en las entrañas del hotel.
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