Este término nace a consecuencia de la popularidad que ganó la plataforma en tiempos de pandemia.
Foto: Steven Worster |
En un estudio realizado por la Universidad de Stanford,
se llegó a la conclusión sobre las consecuencias, a nivel psicológico, que
conlleva pasar horas en las plataformas de videollamada; y es que se
identificaron cuatro tipos de desgaste mental que ocurren en las personas que
utilizan constantemente las videollamadas, al cual se denominó “fatiga de zoom”
por el profesor Jeremy Bailenson, quien publicó los resultados en la revista Technology,
Mind and Behaviour.
Según el fundador del Laboratorio Virtual de Interacción Humana de Stanford, Jeremy
Bailenson, la pandemia que obligó al distanciamiento social hizo que las
personas mudaran su interacción a través de la Internet. No obstante, las
constantes horas frente a una pantalla ya están causando estragos; esto dio
paso al fenómeno “fatiga zoom” que, según Jeremy, nace por la plataforma del
mismo nombre, pero que no solo se limita ella y que tiene cuatro consecuencias
en las personas que usan videollamadas.
Foto: aao.org |
El primer problema es el contacto visual excesivo pues afirma el
profesor de Stanford, “es altamente intenso y antinatural” involucrar la mirada
fijamente en la pantalla por el tiempo que dura ésta. Caso contrario cuando la
reunión es presencial, ya que la mirada va del ponente hacia los apuntes, el
celular, los compañeros, etc.; lo que hace que sea menos agotadora. Además,
todas las miradas recaen en quién está hablando por la pantalla y, según
Bailenson, esto es similar al estrés que se produce cuando un grupo de personas
mira fijamente a alguien en un escenario.
El segundo problema es admirarse a sí mismo durante conferencias.
Jeremy lo compara con la situación de tener a alguien siguiéndote con un espejo
todo el tiempo, mientras hablas, discutes, tomas decisiones, etc. Si bien
existen estudios que demuestran que las personas son más críticas de sí mismas
cuando ven su reflejo, hay más estudios que concluyen que ver nuestro reflejo
excesivamente trae problemas emocionales sobre uno mismo.
Foto: opticabaca.com |
El tercer problema es la movilidad reducida, ya que
Bailenson propone que, cuando las reuniones eran presenciales, existían mayor
posibilidad de moverse y caminar por el espacio; sin embargo, las personas
deben permanecer la mayor parte del tiempo dentro del ángulo de visión de la
cámara en las videollamadas. En este
aspecto, Jeremy asegura que investigaciones recientes destacan que las personas
muestran mejores resultados cognitivos cuando se encuentran en movimiento.
El cuarto problema es la mayor carga cognitiva en palabras del profesor de Stanford:
La comunicación no verbal es mucho mayor en encuentros personales y en las plataformas de videoconferencia esto se elimina por completo. Cuando hay este tipo de comunicación, cada persona interpreta naturalmente los ademanes o señales inconscientemente, por lo que en videoconferencias tenemos que trabajar un poco más duro para mandar estas señales o recibirlas.
Finalmente, la profesora de Universidad de Clemson, Marissa Shuffler,
dio algunas recomendaciones para evitar el fenómeno “fatiga de zoom” como apagar
la cámara de vez en cuando, usar solo el audio y hacer única y estrictamente las
videollamadas necesarias. Hacer un tiempo de check-in al inicio de las
conferencias, para ver cómo se encuentra el bienestar de las personas antes de
entrar al tema de la junta, ya que es una manera de reconectarnos con el mundo,
comenzar a recobrar confianza y reducir el cansancio y la preocupación.
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