El pasado 8 de marzo, el juez Edson Fachinde, la suprema corte de Brasil, anuló las sentencias dictadas en contra del ex presidente Lula da Silva por la justicia federal de Paraná dentro de la operación anticorrupción Lava Jato (fue una investigación llevada a cabo por la Policía Federal de Brasil en 2014).
Se anuló la sentencia por “falta de competencia jurídica” durante el juicio del ex mandatario, lo que provocó el restablecimiento de los derechos políticos de Lula. Aunque aún no confirma su candidatura para los comicios del 2022, se ve como un posible candidato. Además, prometió una visita a los ciudadanos para consultar sus quejas del gobierno actual.
Aún falta un año para que se realicen las elecciones, pero se verán marcadas por los estragos que deja la pandemia de Covid-19, ya que Brasil se ha convertido en una de las naciones más afectadas dejando cerca de 290.000 muertos. Desde un principio, el presidente subestimó la pandemia, priorizando otras cuestiones y manteniéndose escéptico.
El mal manejo de la pandemia por parte del gobierno de Bolsonaro, ha provocado la pérdida de un 30% de su popularidad desde diciembre del año pasado y además aumenta el rechazo de su gobierno entre los ciudadanos, lo cual lo lleva a refugiarse a los sectores conservadores de Brasil, tratando de mantener unido este sector provoca más rechazo.
Por otra parte, según encuestas realizadas por la firma IPEC, Lula cuenta con el apoyo para las elecciones del 50% de los entrevistados y es el favorito para la presidencia, dejando en segundo lugar a Bolsonaro. Lo que años anteriores fue el rechazo al PT por los múltiples casos de corrupción, ahora se ve como la nueva esperanza para el país.
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