La crisis económica que generó la
pandemia por COVID-19 en México y el mundo frenó parte de la actividad económica, dejando en riesgo millones de puestos de trabajo, agudizando las brechas
de género en el campo laboral. Siendo las mujeres uno de los sectores más
afectados no solo por registrar una mayor caída dentro la Población Económica
Activa (PEA) sino que además por registrar un mayor número de horas dedicadas
al trabajo doméstico no remunerado.
De acuerdo con un reporte del Consejo
Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) se reportó
la caída de PEA de mujeres entre el tercer trimestre de 2019 y el 2020
disminuyendo 9.7% situándose en 20.2 millones.
En este sentido, el Instituto Mexicano
para la Competitividad (IMCO), reportó que 22% de las mujeres perdieron el empleo al asumir
responsabilidades domésticas, 19% renunció, 17% fueron despedidas por recortes,
13% fue por el cierre de empresas y el 3% fueron despedidas por alguna
razón.
Con el cierre de colegios y guarderías
así como la suspensión de muchas de estas actividades por el aislamiento
obligatorio, se presentó un aumento en las cargas de trabajo doméstico y de
cuidado en los hogares. Muchas mujeres dejaron de trabajar o de buscar para
dedicarse a las labores de cuidado en el hogar de forma no remunerada.
En 2019, el 33% de las mujeres entre 14
y 28 años se dedicaban a realizar oficios del hogar, para 2020 el 51% de las
mujeres entre 23 y 28 años tuvo como actividad principal los oficios del
hogar.
Este año los datos no muestran una
mejoría, en 2021 la proporción de mujeres desempleadas se concentró con 37.8%.
Las mujeres que han conseguido empleo han sido en el sector informal. De abril
de 2020 a enero 2021 la población ocupada ha perdido 194 mil plazas formales y
se han creado 3.1 millones de puestos informales, según datos de El
Universal.
0 Comentarios