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Foto: AP/Corinto Press Office |
En la madrugada de este sábado, 43 personas resultaron lesionadas debido
a la explosión de un coche bomba, el cual se apostó frente a la alcaldía del
municipio de Corinto, perteneciente al departamento de Cauca en Colombia. Al
ataque, considerado por las autoridades como terrorista, se le atribuyó la autoría
a las disidencias de las FARC, las cuales son pequeñas organizaciones
fragmentadas que se marginaron del acuerdo de paz.
De acuerdo a la declaración hecha por el ministro de Defensa, Diego Molado, informó: Hay 43 personas afectadas que están siendo atendidas en centros hospitalarios, 17 por aturdimiento, 20 con lesiones leves y hay 6 heridos de consideración.
Según un censo realizado por las autoridades, dentro de las
43 personas que resultaron heridas, se informa que hay 13 funcionarios
heridos y dos mujeres embarazadas. Esta localidad se encuentra en una zona geográfica en constante disputa por grupos criminales, los cuales buscan usar
estos espacios para dedicarlos a cultivos ilícitos de cocaína y marihuana, así
como otras actividades para obtener recursos financieros como lo es la minería
ilegal.
Este atentado (…) indiscriminado contra la población civil y en este caso contra una institución pública como la alcaldía es un hecho demencial, terrorista y que es atribuible a la columna Dagoberto Ramos”, añadió el ministro Molano.
Los esfuerzos por parte del gobierno colombiano llevaron a desarmar
en gran porcentaje a las FARC, así como a la firma de un acuerdo de paz en año 2016. No obstante, no puede considerarse como una victoria total, ya que dentro de
las extintas FARC se encontraron cientos rebeldes que rechazaron el pacto y esto
derivó en una reorganizaron fragmentada en diferentes grupos conocidos como
disidencias.
A pesar de que estas fuerzas contrarias a la paz en Colombia
no cuentan con una cadena de mando central, se sabe que dentro de sus filas hay cerca de 2,500 militantes, los cuales
a través de actividades de enriquecimiento ilícito, como lo son el tráfico
de drogas y la explotación ilegal de oro y otros minerales, mantienen sus
operaciones activas y logran obtener los recursos para realizarlas.
La misión de la ONU que se encuentra activa para vigilar el
acuerdo de paz, informó que rechaza el atentado y exige garantías de seguridad
en los territorios cercados de un rebrote de violencia donde operan grupos narcotraficantes,
las disidencias de las FARC y los paramilitares del ELN. Por lo mientras, ya se
han desplegado cerca de 250 militares de grupos especiales los cuales mantendrán
un cerco de seguridad en la zona de los a los rededores del evento, mientras policías
de investigación tratan de encontrar pistas que lleven al paradero de los
autores.
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