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Foto: ROMAN PILIPEY / EFE |
El pasado viernes, en la inauguración anual de la Asamblea Nacional Popular (el máximo órgano legislativo en China), se anunció que China prevé crecer en al menos un 6%, así como una reforma que refuerce el control de Pekín sobre Hong Kong. Este anuncio por parte del gobierno chino ha causado una serie de críticas tanto de la Unión Europea como de Estados Unidos.
La reforma sobre Hong Kong tiene como fin tener un mayor control político dentro de este territorio y reducir la resistencia de los hongkoneses al control del régimen central chino. Miembros de la Asamblea Nacional Popular analizarán una propuesta en el ámbito electoral, la cual busca garantizar que únicamente los “verdaderos patriotas” tengan oportunidad de ocupar un cargo político dentro de este territorio (el cual desde el exterior se cuestiona si puede seguir llamándose autónomo).
Aunque ni el gobierno central ni el gobierno de la región autónoma han hecho oficial el contenido de dicha reforma, Wang Chen, quien ocupa importante cargo legislativo, dio unas premisas de lo que podría contener la reforma. En síntesis, el documento busca reducir el número y reforzar la forma de seleccionar al comité electoral.
Dentro de los comentarios que dio Wang acerca de esto, es importante el destacar la critica que, de forma institucional, ha manejado el gobierno central sobre el gobierno de Hong Kong manifestando lo siguiente: “Los disturbios y turbulencias que ocurrieron en la sociedad hongkonesa (durante las manifestaciones contra Pekín de 2019) revelan que el sistema electoral existente tiene claros vacíos legales y deficiencias”.
Con esto, no solo Pekín tendrá más control político sobre la región de forma legal, sino que también busca reducir y eliminar a la oposición hongkonesa, donde varios detractores del gobierno central tienen cargos en su contra o están encarcelados por ir en contra del régimen central.
Por todo esto es que Estados Unidos ha emitido una serie de críticas sobre la intervención de China en asuntos políticos de Hong Kong. Por ejemplo, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, comentó a varios periodistas que “Las medidas propuestas son un ataque directo a la autonomía de Hong Kong, a las libertades de Hong Kong y a los procesos democráticos además de negar la voz de su propio gobierno y pueblo."
Por su parte, la Unión Europea ha manifestado que puede adoptar, de ser necesario, "pasos adicionales en respuesta al deterioro de las libertades políticas y los derechos humanos en Hong Kong", a la vez que pidió al gobierno de Xi Jinping que considere las "implicaciones políticas y económicas" de esa reforma electoral. Ante estas acusaciones, el presidente Xi Jinping dijo que "Nunca ha habido un así llamado 'genocidio' o trabajos forzados u opresión religiosa", y asevero que son "acusaciones inflamatorias" de países occidentales.
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