Después de las medidas
sanitarias implementadas para el deporte en general, los aficionados del
Béisbol de las Grandes Ligas, volvieron a hacerse presentes en el partido entre
Los Ángeles Dodgers y los Atlanta Braves en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.
Partido que significó el
primer juego de las Ligas Mayores con aficionados y el primero en el nuevo
estadio de los Texas Rangers; poco más de 10 mil personas asistieron lo cual
representó más del 25 por ciento de la capacidad del nuevo estadio.
Para hacer posible la entrada
de los aficionados al juego, los Rangers se asociaron con MLB en un protocolo
que se basaría en tres principios: uso de máscara, lavado de manos y
distanciamiento social. Como precaución contra aquellos que podrían verse tentados
a infringir una regla de asiento asignado, los empleados de los Rangers
doblaron más de 30 mil fondos de asientos y usaron bridas de 5 pies de largo
para adherirlos a sus respaldos.
Dentro del inmueble había
grandes cantidades de dispositivos con gel antibacterial y hasta caretas por si
alguna de las personas no cumplía con lo recomendado; las puertas del estadio
se abrieron poco antes de que comenzara el partido y los aficionados fueron
ingresando en grupos y de una manera formal.
Alrededor de 200 empleados
caminaban por el estadio para asegurarse que se cumplieran las reglas
establecidas, de no cumplirse dichas reglas, se les advertiría a las personas y
de ser necesario se les pediría que abandonaran el recinto.
Matwick, vicepresidente
comercial de los Rangers, dijo: "Creo que mejoraremos a medida que
avancemos. Va a ser un proceso educativo. Para hacer estas cosas, debemos
seguir las reglas".
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