Foto: ABC España.
Mary Wollstonecraft Godwin, Shelley al contraer matrimonio, nació un día como hoy de 1793. La mujer que se convertiría en una de las mayores representantes del romanticismo y en la madre de la ciencia ficción tuvo una vida perseguida por la tragedia y la muerte, lo que no le impidió convertirse en una de las mayores exponentes de la literatura en la historia. Hoy honramos su memoria al recordar su vida, su obra y las circunstancias en las que vivió.
La primera tragedia de su vida fue no conocer a su madre, Mary Wollstonecraft, quien falleció días después de su propio nacimiento. Ella era una pionera del feminismo y su padre, William Godwin, era un hombre con ideas avanzadas a su época. Ambos siendo escritores e intelectuales dieron como resultado un ambiente culto y propicio para la pequeña Mary, quien al crecer entre escritores y poetas, era inevitable que se convirtiera en una de ellos.
Inevitable era también que se enamorara de un escritor, siendo el afortunado Percy Shelley. Su relación comenzó envuelta en secretismo y escándalo, Shelley estaba casado y Mary se convirtió en su amante. Eventualmente quedó embarazada y la solución que encontraron para evitar el escándalo en su natal británico fue fugarse -junto a la media hermana de Mary, Claire Clairmont.
Durante esa época la muerte encontró a Mary de nuevo, al sufrir tres muertes de personas cercanas a ella: los suicidios de su media hermana Fanny y de la esposa del señor Shelley -Harriet-; así como de la muerte de su primera hija, quien nació de forma prematura.
En 1816, Percy Shelley decidió que tal vez un poco del sol sueco haría bien al ánimo decaído de Mary, por lo que aceptaron la invitación del poeta Lord Byron para pasar una temporada en la Villa Diodati; junto a la hermanastra de Mary, Claire -amante de Byron-, y el doctor John William Polidori.
En “el verano que no fue”, llamado así por sus tormentas y bajas temperaturas, Lord Byron les propuso escribir una obra de terror para compartir. Él escribió el poema Oscuridad, Polidori compartió El Vampiro -el cual sería la inspiración de Bram Stoker para escribir Drácula- , y Mary Shelley concibió Frankenstein.
Foto: BeIsBook.
De acuerdo al portal National Geographic , la autora afirmó que la idea surgió de una conversación sobre la posibilidad de generar vida de forma artificial, charla que le provocó una visión siniestra: “Vi al pálido estudiante de las artes prohibidas arrodillado junto a la cosa que había creado. Vi el espantoso fantasma de un hombre tendido, y luego, por obra de algún potente mecanismo, mostró signos de vida y se agitó con un movimiento inquieto y antinatural. Espantoso como era; porque sumamente espantoso sería cualquier esfuerzo humano para burlarse del mecanismo estupendo del Creador del mundo”.
Su obra fue editada por su esposo, Percy, y publicada en 1818 por su padre de forma anónima, aunque de la segunda edición en adelante se comenzó a adjudicar la obra a su autora. Esta novela catapultó su estatus de escritora e intelectual, lo cual no era fácil para una mujer; sin embargo ella logró sobreponerse a las dificultades de su época y se convirtió en una reconocida escritora por obras como Valperga, Perkin Warbeck, Lodore, Falkner y El último hombre.
Reconocida escritora o no, la muerte la seguía acechando. En 1818 falleció su segundo hijo -William- mientras estaban de viaje en Italia, el siguiente año murió su tercera hija -Clara- y en 1822 sufrió un aborto en donde la misma Mary casi muere. Su esposo no corrió con tanta suerte, ese mismo año se extravió en una excursión en velero y se encontró su cadáver tres días después.
El resto de su vida lo dedicó a difundir la obra de su difunto esposo (más que la suya), a hacer activismo a favor de las mujeres y a criar a su cuarto hijo Percy Florence Shelley, el único que llegó a la edad adulta.
Sin importar el amplio reconocimiento que tuvo en su tiempo por su versatilidad como escritora y su influencia en el mundo literario, la historia siempre la recuerda como la mujer que inventó una de las novelas más aclamadas de la historia.
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