Jorge González nació en El Colorado, un pueblo ubicado 170 kilómetros de Buenos Aires.
Desde su nacimiento, González padeció de Acromegalia, una enfermedad parecida al gigantismo, la cual genera una alteración en la hormona de crecimiento, por lo que a sus 12 años ya medía 1.95 y, a sus 16, alcanzó los 2.17 de altura y un peso de 170 kg.
Los primeros años de su vida se resumieron en el trabajo de campo. González provenía de una familia humilde, teniendo que trabajar desde los nueve años en un cultivo de algodón, del cual su familia era propietaria.
La oportunidad de un cambio en su vida llegó con el Club Pabellón Argentino de su pueblo natal, donde descubrió su gusto por el básquetbol, teniendo un paso por el Resistencia cuando éste tenía justo 16 años.
Tiempo más tarde, el entrenador de la selección argentina, León Najnudel, recomendó a la directiva firmarlo para la segunda división de básquetbol profesional.
González jugó con el Gimnasia, aprendiendo rápidamente los conceptos básicos del juego y logrando el ascenso a la primera división argentina.
Posteriormente, fue elegido por los Atlanta Hawks de la NBA durante el draft de 1988, pasando a la historia como el primer jugador argentino en llegar a los Estados Unidos.
Para su mala suerte, nunca logró debutar con Atlanta, pues el entrenador necesitaba que González bajara por lo menos 20 kilos de peso, meta que, por su enfermedad, no logró concretar, siendo la velocidad de la NBA demasiado para él.
Además, durante las pruebas, González se enteró que también sufría de diabetes, por lo que, aunado a la Acromegalia, su cuerpo y, sobre todo sus rodillas, se debilitaron notablemente.
Sabiendo que las posibilidades de jugar básquetbol se habían esfumado por completo, González llegó por recomendación a Ted Turner, un magnate estadounidense en la industria televisiva, quien de inmediato, supo que su imponente físico sería muy atractivo para la lucha libre.
En 1990, González debutó en la WCW (World Championship Wrestling), convirtiéndose en el luchador más alto de todos los tiempos y, como lo habían previsto, resultó un éxito total en taquilla. Cuando aún no cumplía sus 30 años, 'el Gigante' ya ganaba alrededor de 350,00 dólares anuales.
Sin embargo, los constantes dolores en su cuerpo por su enfermedad, enterraron el que parecía ser un sueño cumplido para el nacido en Colorado.
Se retiró en diciembre de 1995, después de sufrir una lipotimia en su última lucha en Japón.
A partir de ese momento, la vida de 'el Gigante' vino en caída libre. Los dolores eran insoportables, a tal grado de hacer de las insulinas una parte fundamental de su supervivencia. La diabetes destruía su cuerpo por completo, y no tardó mucho tiempo en terminar en una silla de ruedas. González ya no podía caminar.
En varias entrevistas, 'el Gigante' confesó que hubieron múltiples momentos en los que pensó en el suicidio, debido a que ya no soportaba el sufrimiento de no poder aguantar el peso de sus propios músculos.
En 2007, González fue contactado nuevamente por la WWE, con el motivo de ceder los derechos de su imagen para la 16ª serie de figuras de luchadores de Jakks Pacific. González aceptó, pero nunca recibió ningún tipo de regalías, dejando su situación económica en quiebra total.
Finalmente, 'el Gigante' falleció en septiembre de 2010, a causa de una insuficiencia renal, además de sus ya conocidos problemas de gigantismo.
Este mundo no está hecho para un hombre de 2 metros y 30 centímetros.
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