Pintor y autor de la frase: “¡no pidan que mi arte hable de tortura!”, escultor de pliegues vibrantes, dibujante de andanadas, ceramista y activista incansable de las luchas sociales. A 80 años de su natalicio, Francisco Toledo, artista de raíces oaxaqueñas, revive junto con la belleza de sus obras.
El impresor juchiteco labró un legado dentro y fuera de la catarsis, sus acuarelas, pinturas y litografías llegaron a las exposiciones más importantes de París, Nueva York, Oslo y Londres. Para el director del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE), Renato González Mello, Toledo instituyó un arte narrativo separado de toda hegemonía:
Para él no había una contradicción entre el ejercicio estético exigente y sofisticado, entre el ejercicio cultural de alta calidad con una vida social en las comunidades.
Impulsor de sus orígenes, cosechó un universo imaginario de localidades campesinas, sin resaltar lo folclórico y antagónico de la cultura universal. La última serie del artista, Duelo, estuvo compuesta por un centenar de piezas de cerámica que reflejaban un lenguaje concreto de la realidad próxima. En su pintura, Cuidado con el tren (2019), juega y enfatiza carriles que se aproximan a un origen y desenlace desconocido.
Con su talento también expuso su propia sed de justicia, así se recuerda que en 2014 confeccionó los rostros de los 43 normalistas de Ayotzinapa dándoles la libertad y plasmándolos en papalotes. Fundador del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca y promotor de la cultura, también instauró el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), la biblioteca para ciegos Jorge Luis Borges y la fonoteca Manuel Álvarez Bravo.
Un día como hoy pero de 1940 nace nuestro fundador, Francisco Toledo, en noviembre de 1988 funda el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca. pic.twitter.com/tTSj0qGCQk
— IAGO (@IAGO_mx) July 17, 2020
Ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes, filántropo, estandarte de la identidad mexicana y defensor de la naturaleza, hoy, quien representó a la muerte y la personificó en medio de lo los matices puros y oscuros, se convierte en memoria perpetua y se graba una vez más en la reminiscencia de quienes honran su herencia y pensamiento.
Grabado: Muerte saltando con cocodrilo |
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