Paz prometida, naciones enemigas: Coreas en conflicto

Fuente: El País

“No repetiremos los errores del pasado”, así es como el presidente Kim Jong-un afirmaba hace apenas dos años que el conflicto entre Corea del Sur y Corea del Norte vería la luz de la paz, tras la cumbre intercoreana celebrada en aquel lejano abril de 2018. 

Los esfuerzos del líder surcoreano, Moon Jae-in, a la fecha no han sido fructíferos. El pacto histórico firmado por ambos representantes prometía culminar con una guerra, la cual se reanudó el pasado 16 de junio con el ataque hacia la oficina de relaciones del sur, en la ciudad fronteriza de Kaesong, zona del gobernante comunista. 

De esa manera, la amistosa relación entre ambos mandatarios rompería sus lazos nuevamente. Ésta se desvaneció una vez que la hermana del dirigente norcoreano, Kim Yo Jong, pusiera fin a sus amenazas para dar paso a la acción.

Durante el fin de semana, la influyente consanguínea del gobernante declaró en un comunicado que tomaría acciones en contra de Surcorea: 

Dentro de poco, la inútil oficina de relaciones entre el Norte y el Sur quedará completamente destruida.

Kim Yo Jong junto al presidente Moon Jae-in

Lo anterior se dio después de que desertores del régimen norcoreano lanzaran panfletos desde Corea del Sur, cuyo contenido sostenía una dura crítica hacia el programa nuclear de Kim Jong-un y sus acciones en materia de derechos humanos.

Más allá de las acciones propagandísticas, detrás figura Estados Unidos y su regente Donald Trump, quien no pudo hacer que el presidente del norte renunciara a su política nuclear. Para tales circunstancias se proyectaba que Moon fuera mediador entre las negociaciones de estos países, mismas que hoy yacen paralizadas.

Ante la ofensiva del territorio colindante, el Consejo de Seguridad Nacional de Surcorea lanzó un comunicado donde argumentó que responderá con “firmeza” a cualquier nuevo ataque proveniente de su vecino. Asimismo, expresó que el derrumbe de ese edificio debilita:

Las expectativas de aquellos que desean impulsar las relaciones intercoreanas y establecer la paz de la península.

Sin saber quién mueve los hilos, se prevé que en los próximos meses esta trama dé un vuelco rotundo o se aumenten los resentimientos antiguos.