El café en el Porfiriato
Por Sofía Méndez
El fruto rojo, alberga dentro de sí incontables leyendas
sobre su descubrimiento. La más conocida, sobre el pastor de cabras Kaldí;
quien en alguna ocasión observó mientras pastaba, que las cabras al comer un
fruto rojo, adoptaron una conducta enérgica. Decidió llevar con un monje las
ramillas. Él, después de probarlas cocidas, se decidió por tostarlas y hacer
infusión con ellas, al percatarse de su excitante fragancia.
La textura y aroma en el paladar provocado por el fruto, no tendría su auge en México sino
hasta el periodo Porfirista.
Modernidad: llega minuciosamente a México; en la década de
los setenta del siglo XIX. En la cumbre, los países europeos y el Capitalismo.
La única forma en que el país puede recuperarse en su economía tras los
conflictos políticos, es cediendo bienes agrícolas y materias primas en las
tierras vírgenes de su Patria.
En los territorios comenzaron a explotarse los recursos del
petróleo, apareció el sistema ferroviario, el crecimiento de la industria
textil y tabacalera; a su vez, la cafetalera y azucarera.
Veracruz fue uno de los estados que más crecimiento tuvieron
en este ámbito, aún más por el comercio marítimo.
La segunda fase de la Revolución Industrial arrasa; las
relaciones con otros mercados en aras de desarrollo incrementa. Estados Unidos
llegaría a ser uno de los principales exportadores de México, junto con
Argentina, Cuba y Brasil. Tanto que a finales de este periodo extenso de
gobierno, el país representaría un setenta por ciento de exportaciones en
metales, materias primas y agrícolas. [1]
No fue sino hasta 1900 que el territorio mexicano representó
un 5.2% de la producción de café mundial; durante esos años la fluctuación de
los valores subía y bajaba considerablemente - se cree que esto fue una
consecuencia de la sobreexplotación así como la inexperiencia en el manejo de
plagas y factores externos, como el clima-. [2]
Los países desarrollados toman mayor control en el manejo de
este producto, “ fueron las bolsas de valores quienes estaban a cargo de
modificar los precios del grano”.
Años más tarde, México formaría parte de los países con mayor
producción de café , junto con otros centroamericanos, conformaron el 7.4% del
total mundial en producción.
A principios del siglo XX, la expansión de la industria y la
demanda del comercio internacional propició sectores concertados por las
haciendas cafetaleras. Para entonces, el país contaba con 321 haciendas
destinadas a la producción de café, la mayoría distribuídas en Chiapas y
Veracruz. En donde las siembras eran realizadas en los meses de septiembre a
noviembre, teniendo la cosecha entre octubre y enero- ello variaba según la
altitud-.
Para controlar la distribución del bien agrícola, el servidor
público de Díaz - también ministro de hacienda- Matías Romero, quien perseguiría
arduamente el trabajo cafetalero en cuanto a su conservación y buen
funcionamiento, consiguió acuerdos con EE.UU en el que las dos partes fueran
favorecidas.
Este no fue el único beneficio que el servidor publicó
propició para la industria cafetalera; en alguna ocasión realizó un viaje a la
isla de Ceilán para comparar los distintos modos de cultivo del grano y junto
con Rafael Herrera, Gabriel Gómez e
Hilario Gómez, publicaron manuales sobre cómo producir café. [3]
Era Huatusco, San
Martín Tlacotepec el sitio que ocupaba el primer lugar del país en producción,
y ésta se llevaba a cabo por los indígenas.
La industria tuvo que enfrentarse a plagas como las hormigas
“arrieras”- también consumidas en platillo, regionalmente célebres por el
nombre de “chicatanas”; quienes podían acabar con la vida de un árbol de café
en solo un día. Así como al nuevo tratamiento del grano por la popularización
del producto sin cafeína, que en 1911 ya sería una constante demanda en
Alemania; surgieron nuevas tendencias para reutilizar el grano, lo que dispuso
a México a su explotación. [4]
Actualmente el café se produce en una extensión de 761 mil
hectáreas repartidas en doce estados de la República Mexicana y tanto Chiapas
como Veracruz, continúan siendo los dos principales productores del país. [5]
[1] Córdova, S.
(2012) Café y
sociedad en Huatusco, Veracruz. formación de la cultura cafetalera (1870-1930). Conaculta, 67-185
[2] Consulte cita al
pie de página 1.
[3] Consulte cita al
pie de página 1
[4] Consulte cita al pie de página 1
[5] Cámara de Diputados. Centro de Estudios de las Finanza
Públicas (2001), El mercado del Café en
México.
0 Comentarios