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Tom Brady, el destinado a ganar

Foto de Al Bello, Super Bowl LI

El ganar y el perder siempre están y estarán ligados a las batallas que libramos día con día en casi cualquier aspecto de la vida, en nuestras relaciones personales, en el ámbito laboral y hasta en áreas como la académica y profesional; sin embargo, hay disciplinas en donde el ganar significa el máximo logro obtenido y lo único que parece verdaderamente importante para trascender a través de la historia.

El mundo deportivo es precisamente donde esa competencia por ser el mejor se lleva al límite, ahí el ganar y el perder se convierten en una dualidad inevitable cuando se trata de expresar el espíritu competitivo que todos llevamos dentro; porque no importará cuanto hayas corrido, no importará cuanto hayas luchado, no importarán todos los golpes que hayas lanzado, los goles que hayas metido o el puntaje que hayas obtenido, si al final de la contienda el rival hace lo mínimo posible para superarte nada de tu esfuerzo habrá valido la pena, el vencedor se lleva la gloria y el caído en el mayor número de casos quedará en el olvido o simplemente recordado como el segundo lugar.

En el football, o como lo conocemos en México, el fútbol americano específicamente en la National Football League (NFL) siendo ésta la liga por excelencia de este deporte hay un caso especial, se trata de un jugador diferente al resto, un deportista único, un verdadero ejemplo de superación y resiliencia, el quarterback que a sus mas de 40 años sigue en el máximo nivel. 

El mariscal de campo que en sus inicios enfrentó pruebas tan complicadas como ser elegido en la sexta ronda del draft en el número 199 global, 6 quarterbacks elegidos antes que él debido a las pocas o nulas aptitudes que se le veían para tener éxito; pero hubo dos hombres, las dos únicas personas que creyeron en el, Robert Kraft y Bill Bellichik tomaron una decisión que cambiaría la historia de éste deporte, Tom Brady fue ese hombre al que reclutarían los New England Patriots hasta la sexta ronda del draft del año 2000. 


Fuente: 24 Hu

"De pobre complexión atlética, carece de gran presencia física y fuerza, no tiene movilidad para quitarse la presión, no tiene un brazo fuerte, no es capaz de lanzar a grandes distancias, poco preciso en espacios reducidos, presionado con facilidad y que seguramente será exhibido", ese fue el reporte que algunos expertos en evaluación de talento colegial dieron sobre Brady en el año 2000, cuando se declaró elegible para la NFL. Sus números en las pruebas ante los visores de los 32 equipos parecían dar la razón al informe. Un lentísimo 5.28 segundos en la carrera de 40 yardas y 7.20 segundos en la prueba de habilidad para librar tres conos ponían al mariscal de campo como un jugador poco deseado.

Así comenzó la historia de Brady, sin muchas expectativas, un futuro poco alentador y siendo suplente del aquel entonces quarterback y superestrella de los Patriots, Drew Bledsoe, quien en una desafortunada acción se lesionó apenas comenzando la temporada en el año 2001, Tom Brady tomaría el puesto de mariscal de campo titular llevando esa misma temporada a New England hasta el Super Bowl XXXVI, el cual ganaría por apenas un gol de campo en los minutos finales a los St. Louis Rams.

Sin embargo, Brady tendría que superar aún más pruebas, como quedarse fuera de los playoffs en la temporada siguiente, para volver más fuerte un año después ganando su segundo anillo de Super Bowl en el año 2004 y el tercero en el 2005 contra Carolina y Philadelphia respectivamente, su grandeza también implica haber perdido dos super tazones contra los New York Giants, el primero de ellos fue posiblemente la derrota más dolorosa en toda su carrera ya que a ese partido llegaba invicto New England, ese Super Bowl significó el único partido perdido en toda la temporada, pero regresó en el 2015 para ganar su cuarto anillo derrotando a Seattle en un partido cardíaco.

Y que decir del regreso de él y sus Patriots en el Super Bowl LI con el marcador 28-3 en contra, casi al final del tercer cuarto, empatando el partido de manera dramática y acabar ganándolo con una serie ofensiva memorable en tiempo extra que significaría su quinto Vince Lombardi. Haber perdido el Super  Bowl del siguiente año contra Philadelphia sería otra situación que pondría a prueba su continuidad en la NFL; sin embargo regresaría más fuerte para vencer a los Rams de Los Angeles consiguiendo su sexto y último Vince Lombardi hace apenas un año. 

Así la historia del hombre que demostró que no se necesita ser el más rápido, el más fuerte, el más ágil, el de mejor condición o incluso el más talentoso, pero si el más inteligente para saber ganar, además de poner por delante el éxito colectivo del individual recibiendo un sueldo mucho menor acorde a su categoría y grandeza durante toda su carrera. 

Foto de Maddie Meyer

Tom Brady, ese mito del deporte mundial que es amado por todo aquel que le va a los New England Patriots y que es odiado por el resto de los aficionados a este juego tan rudo, complejo y por supuesto emocionante que tiene su máximo evento el primer domingo de febrero y es ahí cuando en unos años voltearemos a ver la historia de ese superhombre que fue capáz de llegar a 9 de esos partidos ganando 6 de ellos.

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