A lo largo de los
años desde que se pobló el continente más pequeño de la Tierra, Australia ha
sufrido de condiciones que provocan incendios en las planicies en donde se
encuentra la vida silvestre.
El fenómeno natural llamado Dipolo
más conocido con el nombre de “El niño indio”, consiste en la diferencia de las
temperaturas de la superficie del mar en zonas opuestas como las regiones
occidentales y orientales del Océano Índico, en la que una es cálida y la otra
es fría, esto provoca un choque de corrientes.
Sin embargo, en los últimos días este
fenómeno se ha visto reforzado por el cambio climático que sufre el Planeta por
la contaminación que provoca el ser humano. Los termómetros llegan a registrar
una temperatura mayor a los 40°C. El cielo en el transcurso de las horas comenzó a tornarse de un color rojo debido a los diversos puntos de fuego.
Las acciones que se toman para el
control de estos incendios son diversas como: la excavación de zanjas para
evitar el avance de las llamas, el uso de aviones y helicópteros con grandes
cantidades de agua o directamente en el terreno mediante mangueras y pipas.
Los fallos de comunicación que sufren
diferentes poblados de esta región del mundo, (los puntos más afectados son la
parte Este y Sur) complica las maniobras de asistencia para la mitigación del
fuego. Se han afectado a miles de personas las cuales han perdido sus hogares y
lugares de trabajo; han tenido que ser desplazadas ya que sus vidas corren
peligro siendo los encargados la Policía, la Marina y el Ejército. La cantidad
de animales muertos se aproxima a los 480 millones a lo largo de miles de
hectáreas desde el mes de septiembre, las cuales están calcinadas por las
grandes llamaradas. Prácticamente ningún animal se ha salvado de ver su entorno
natural devorado por el incendio y uno de los más afectados son los koalas debido a que su poca actividad durante
el día y su estilo de vida perecen ante las llamas provenientes de los árboles
y la tierra.
Los primeros en hacer frente ante la
problemática que se estaba sufriendo fueron los bomberos, al ver la magnitud de
la situación comenzaron a salir voluntarios, posteriormente países como Canadá, Estados Unidos y Nueva Zelanda con grupos de apoyo y a su vez celebridades han
decidido donar cantidades millonarias para el refuerzo de las labores.
Las consecuencias de esta catástrofe
natural afectarán al ambiente de la zona, provocando alzas en la temperatura,
lo que ocasionará nuevos incendios. Sin duda las afectaciones que ha
causado el siniestro dejarán huella en Australia.
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