El Camino De Los Dioses

Con la 60º edición de la Eurocopa celebrada en 12 sedes distintas, habrá que designar a un nuevo campeón de este torneo europeo. Sin embargo, hay que recordar cuando 11 jugadores pasaron a ser dioses del presente torneo.

Siendo el año 2004, Portugal, la sede del torneo, contó con la participación de 16 selecciones nacionales, quienes estaban en busca de la victoria absoluta. Dentro de estas selecciones se encontraba Grecia, quien estuvo ausente veinticuatro años dentro de este certamen.

Previo a la fecha inaugural se dividieron en cuatro grupos con cuatro selecciones distintas; siendo el Grupo A: Portugal, España, Rusia y Grecia. Grupo B: Francia, Inglaterra, Suiza y Croacia. Grupo C: Suecia, Italia, Dinamarca y Bulgaria. Grupo D: Alemania, Republica Checa, Países Bajos y Letonia.

A las 17:00 Hrs en el estadio do Dragão, en la ciudad Oporto, se dio el encuentro inaugural entre Portugal vs Grecia, para así dar una de las primeras sorpresas de esta Eurocopa, porque la selección anfitriona, aun con sus figuras como Luis Figo, Deco y la presencia de un joven Cristiano Ronaldo, fue derrotada por un marcador de 1-2, con goles de Karagounis al minuto 7 y Basinas al 51 por la vía del penal para así poderse llevar los 3 primeros puntos del campeonato.

En su segundo encuentro, se enfrentaron a una selección de España para amarrar su clasificación a la siguiente fase. Terminando con un marcador de 1-1, con un gol de Morientes al 28, por parte de España, y un gol de Charisteas al 66, por parte de Grecia, los griegos mantuvieron su clasificación a la siguiente fase.

Sin embargo, en el último partido fueron derrotados por la selección rusa con un marcador de 2-1. En una parte del partido, Rusia le daba la clasificación a España por diferencia de goles, pero al minuto 53 Vryzas le devolvió la esperanza al equipo griego para así poder pasar como segundo de su grupo.

En cuartos de final, el equipo griego enfrentaría a la Francia liderada por Zinédine Zidane y grandes figuras como: Thierry Henry, William Gallas, Mikaël Silvestre, entre otros. En el estadio de José Avalade en Lisboa, se daría otra sorpresa por parte del equipo griego puesto que vencerían por la mínima a la escuadra francesa, con gol de Charisteas al minuto 65, para así dar por finalizado el reinado del equipo francés dentro del certamen.

Estando a tan solo un partido de la gran final, el equipo heleno se enfrentaría a la Republica Checa, en un partido insípido en cuanto a juego. Las oportunidades, en su gran mayoría, fueron checas y el control del partido griego. El desenlace fatal para los de Karel Brückner (DT de la Republica Checa) se preveía desde que Pavel Nedved, su capitán, se lesionó en el minuto 40. La falta de puntería de los delanteros centroeuropeos condenó el encuentro a la prórroga. En ella, Grecia se comió a su rival y certificó, con el tiempo cumplido y un gol de plata de Traianos Dellas, amarraron su pase a la final contra Portugal.

El 4 de julio a las 19:45 hrs., dio comienzo a los 90 y últimos minutos en el estadio da Luz, en Lisboa. Los primeros minutos siguieron el guión previsto por Grecia y por Portugal. Como venía haciendo en todos sus partidos, la selección griega se plantó bien sobre el campo con la clara misión de destruir el juego de toque de los portugueses.

Al poco rato, el encuentro se sumió en un ritmo lento de juego, perfecto para los griegos. La segunda parte pintaba muy mal para Portugal. Exactamente lo mismo que en la primera mitad, con la diferencia de que esa ocasión que buscaban los griegos apareció en forma de córner. El lanzamiento de esquina forzado por Giourkas Seitaridis llegó a la frontal del área chica. Costinha se quedó atornillado al césped, Ricardo fue a por uvas y Charisteas se elevó para rematar de cabeza el balón a las redes. Anotó el único tanto de la final. Figo estuvo a punto de empatar en el minuto 89 tras revolverse con maestría en el área, pero su disparo se marchó rozando la base del poste.

Con la impotencia de Portugal en los cinco minutos de descuento, el partido llegó a su fin. Grecia fue campeona de Europa, una de las mayores sorpresas en la historia del fútbol.