Su madre es la esperanza que le impulsa a seguir esforzándose.
Cuando las nubes se oscurecen y agrandan hasta el punto en el que
tienden a bajar y concluir su ciclo de manera líquida, del mismo modo, Julia
debe terminar su labor endulzando el camino de los automovilistas.
Julia vendiendo. Por: Ricardo Ramírez |
Con 36 de edad y
nacida en el último mes del año, se dedica a vender caramelos, cigarrillos,
chicles y cacahuates en el crucero que une a las avenidas 510 y la de Loreto
Fabela, frente del Zoológico de San Juan de Aragón.
Siendo una niña de 11 años, tras la
muerte de su padre quien después de recibir tres operaciones sin éxito fallece
de cáncer. Su mamá se vio obligada por necesidades económicas a dejar la
estancia que la vio crecer en Toluca, trasladándose a la actual Ciudad de
México y poder trabajar junto con su hija, quien aprendió el oficio de la venta
ambulante en calles y avenidas.
Medio año ha transcurrido desde que Julia volvió a la venta de los dulces. Había conseguido un trabajo de planta en una casa como empleada doméstica, por desgracia al fenecimiento de la dueña del domicilio, no tuvo más remedio que volver a los cruceros, aunque ella comenta: “En la casa donde trabajaba sí salía buen dinero pero yo no podía ir a ver a mi mamá y como está enferma yo necesito estar cuidándola.”
Para cubrirse del
sol usa una gorra que no es más que para eso; permite observar con claridad un
fleco que, provocado por el desbordante cabello lacio, deja ver naturales
separaciones entre los mechones.
- ¿En dónde vive?
- En Texcoco.
- ¿Cuál es su horario para vender?
- Llego más o menos a las 9:30 y si no hay mal
clima me voy a las 18:00, si no a las 16:00.
- ¿Cuánto tarda en llegar a su casa?
- De ida, me salgo
a las 8:00 y de regreso, si no hay mucho tráfico llegamos 19:30.
Si el clima se
torna inquieto y aún es temprano para que decida irse a casa, por las cercanías
se encuentra un hotel con un pequeño porche que sirve para ocultarse un rato
mientras las gotas del cielo cesan.
Desayuna en casa
antes de salir con la espera de que lo ingerido le dé energía durante la
jornada hasta volver a su vivienda; no come durante la vendimia, los que la
conocen suelen llevarle un pan o refresco que sacie repentinamente su apetito.
Asiste al trabajo
toda la semana con el mismo horario a excepción de un día: Agradece a Dios que
su mamá siga con ella y en un acto devoto; toma una hora del trabajo en domingo
para ir a misa, orar, pedir, que la salud de quien le engendró vida, mejore.
Sin haber tenido una pareja y con un semblante que demuestra resignación: “soy
soltera porque si me casara no me dejaría ayudar mucho a mi mamá.”
- ¿Qué edad tiene su mamá?
- Ya es mayor, tiene 80 años
- ¿De qué enfermó?
- Tenía gastritis, muchos dolores de cabeza y ahora
parece que es cáncer.
- ¿Recibe atención médica?
- Si, la llevamos al Seguro Popular, pero ahora le
recetaron pastillas, luego le toca su próxima cita.
- Mientras trabaja, ¿quién cuida de ella?
- Hoy la dejé
encargada con un vecino, debo buscar gente así, porque no la puedo dejar sola y
mi hermano viene conmigo.
Tras ella: el
crucero; en la esquina bajo el semáforo, yace un joven de 23 años, moreno, con
la boca entreabierta aquel que con la mano derecha malabarea una pelota de
espuma, mientras que en la otra sostiene una idéntica que carece de movimiento;
culminado el acto, se pasea entre los carros esperando recibir una moneda que
premie su labor.
Cualquier día es
bueno para vender; la remuneración es similar: “cuando hay poca venta son
alrededor de $150 o $200, cuando hay buena venta son $300 más o menos” esto no
asegura que, en días festivos, aunque otros negocios mejoren sus ventas,
también lo haga Julia, por lo que dice no vender más, sin embargo: “necesitamos
hacerlo por la comida (…) debo echarle ganas porque también debemos pagar la
renta.” Los cigarros, es el producto que más vende.
El motivo por el
que debe acudir a un sitio tan distante de su hogar, lo amerita la falta de
espacios en donde pueda ofrecer sus productos.
- ¿Hay algún tipo de apropiación de los sitios para
vender?
- Cuando nos vamos a mi pueblo le encargamos el
lugar a la señora de las flores (quien se encuentra a contra esquina) y ella
cuida que no quiera venir alguien a tomar este puesto, porque si llegan, ya no
querrán irse.
- ¿Cuándo volverá
de visita a su pueblo?
- Ahora nos iremos
el día de muertos a visitar a mi papá difunto.
"hay algunos que me dicen: 'te pago tu
hora y nos vamos por ahí', pero les
digo que yo no hago eso, yo vengo a
trabajar y no hago cosas malas"
Cursó el primer grado de primaria, decide abandonar
los estudios para seguir apoyando a su madre, y aunque en ocasiones los
transeúntes hacen sentir ofendida su persona, ella defiende lo que piensa: “hay
algunos que me dicen: ´te pago tu hora y nos vamos por ahí´, pero les digo que
yo no hago eso, yo vengo a trabajar y no hago cosas malas”.
Un dejo de ligera
angustia acompañado de pequeños pasos en retroceso, distancian la pregunta:
- ¿Qué es lo que hace en un día normal?
- Me levanto a las
6:00, lavo mis trastes y hago mi quehacer, antes de las 8:00 me empiezo a
apurar para venir hacia acá, vengo a trabajar, regreso a mi casa, le doy su
medicina a mi mamá y me duermo como a las 20:00.
“Pero bueno, yo
creo que ahí la dejamos, porque luego se viene la lluvia.”
➤Redacción: Celeste Álvarez, Iván MH
➤Redacción: Celeste Álvarez, Iván MH
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